‘branded government’: economía de la reputación

Branded government o ayuda social a cambio de buena imagen

2015 será el año en el que las marcas comiencen a superar sus políticas clásicas de Responsabilidad Social Corporativa para dar lugar a lo que la consultora Trendwatching ha bautizado como Branded Government. Es decir, la realización de acciones cívicas suficientemente significativas y estables como para ser comparadas con las que, tradicionalmente, corresponden a los gobiernos.

replay activism
Replay ha utilizado a activistas del medio ambiente para una de sus últimas campañas.

Según Nancy Villanueva, Directora General de Interbrand España “siete de cada diez ciudadanos piensan que las empresas son tan responsables como los gobiernos de conducir cambios sociales positivos. Vemos que los estados y gobiernos empiezan también a responder a la demanda de los ciudadanos en materia de sostenibilidad, cultura, innovación, entre otras. Y lo hacen, por ejemplo, asociándose con las empresas para emprender acciones conjuntas que benefician a los ciudadanos y que revierten en la sociedad. Y, aunque es difícil saber si 2015, en concreto, será el año en que se produzcan transformaciones cívicas significativas por parte de las marcas, de un tiempo a esta parte sí se percibe una mayor concienciación de los usuarios de la importancia de la responsabilidad social coorporativa y de que las marcas que consumen sean responsables”.

El 73% de los Millennials no creen que los gobiernos pueden resolver los problemas de hoy en día y el 83% quiere que las empresas se involucren más (MSLGROUP, septiembre de 2014).

En respuesta al virus del Ébola distribuidas en África Occidental en agosto de 2014, la aplicación móvil Easy Taxi se asoció con Dettol para ofrecer lecciones a Taxistas Nigerianos sobre cómo diagnosticar y prevenir la enfermedad, con los conductores para animar a transmitir sus conocimientos a los pasajeros.

Estamos ante la llamada economía de la reputación. Y lo lógico es pensar que quienes tienen más que perder, las marcas, reaccionen si aspiran a mantener su buena fama y con ella, sus clientes. “Las alianzas públicas-privadas, en los formatos que sean, pueden aportar la solución a muchos problemas sociales, porque las instituciones públicas y gobiernos tienen la información sobre los problemas que nos encontramos y cómo afectan a los ciudadanos y las marcas el impulso económico, la innovación y el talento para aportar una solución a dichos problemas”, concluye Villanueva a propósito del Branded Government, que, afirma, “es fruto de los tiempos que vivimos y todavía está por desarrollar plenamente, pero los think tanks entre instituciones públicas y empresas privadas podrían ser, quizá, un buen comienzo”.

Si se siente y se ve como un truco de relaciones públicas, eso es probablemente lo que es, y además se le girará en contra. Cualquier iniciativa social de estas características, ha ser “auténtica” y partir de la alta dirección.

Ante cualquier cambio de ciclo, el escepticismo derrapa provocando nubes oscuras que no permiten ver el horizonte. Es obvio que todavía no estamos cerca de ver un mundo feliz en el que los poderosos contribuyan a mejorar el bienestar de quienes contribuyen con sus votos o sus compras a su poder. Pero sin duda, saber que algunas marcas están dispuestas a identificar demandas sociales y tratar de solucionarlas a cambio de buena reputación, puede aclarar el camino y despejar esas nubes para que titulares como los inventados más arriba para comenzar este artículo se hagan, pronto, realidad.

Por Paula Alonso

Fuentes:
http://smoda.elpais.com/articulos/deben-hacer-las-marcas-lo-que-no-puedan-hacer-los-gobiernos/6062
http://www.angelbonet.com/2015/01/branded-government-marcas-implicadas-con-los-problemas-sociales/

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